Ivan Solo - Luna de Avellaneda
Y bien, los días se siguen sucediendo y contra todos los pronósticos, seguimos estando.
Las incoherencias no cesan y bien dispuestos que estamos a sostenerlas.
La cuestión que traigo hoy en mente se llama Luna de Avellaneda, película de factura - no de dulce de leche o membrillo, en su defecto - sino nacional.
De movida nomás, arranca en una milonga en un club de un barrio que se llama casualmente como la película, Luna de Avellaneda. En dicho baile nace un muchachito. El nacimiento es asistido por el único médico presente en el evento, el cantor de la orquesta, de profesión ginecólogo, es decir: la personificación de Alberto Castillo. Luego hay un importante salto temporal y aparece este muchacho, ya crecido, trabajando en el mismo club del que es socio vitalicio. Es decir que para el pibe es como su segunda casa.
Todo esto que cuento no tiene como fin aburrir sino poneros en la situación en la que el film se desarrolla porque es merced a esa situación, tan estrafalaria, que el director sale con un trazado paralelo entre la situación de dicho club como entidad, y la vida de los integrantes de su comisión directiva.
El deterioro al que el club cae en caída libre, es el reflejo de la degradación de la Republica Argentina como país, y las consecuencias directas e indirectas que esto tiene sobre la vida cotidiana de la gente, en este caso los miembros de la comisión.
En esta trama está todo, el país, la vida de la gente atomizada, la sociedad fragmentada, la gente que en su desesperación cotidiana recurre a todo lo que aparece y no sabe qué está bien y qué está mal. Si lo que estaba bien, ahora da risa; y lo que estaba mal, ahora es lo que da más rating. Y el eje del que debiera emanar el ejemplo está corroído. Y si no agarrás ahora, cuando te despiertes va a ser tarde. Y que acá sobrevivie la gente práctica y entre una cosita y otra, así estamos.
Por el otro lado la comisión directiva del clu esta conformada por gente como toda la gente. El violento tironeo al que es sometida la conciencia comienza a notarse, la impotencia de las personas ante la avalancha de situaciones es mucha y es dañina y es ahí cuando comienza a notarse la confusión moral que reina.
No puede faltar el socio / amigo que se fue para arriba, y cuando la institución esta herida de muerte ofrece su ayuda que es mas bien un cuchillito en la barriga, este amigo es un amable intermediario a porcentaje.
Una vez más tenemos una muestra de muchos de los rasgos nacionales. En su espíritu me hace acordar de la película "Sur". Película que merece todo el prestigio acumulado y el que acumulará. No digo que sean iguales, simplemente el ojo adecuado para resaltar los puntos adecuados está en ambas. De la producción de Solanas hablaremos en cuanto me consiga una copia y la refresque en la memoria, así que ya saben: empiecen a escuender las copias porque sino, tarde o temprano, conseguiré una y arremeteré con nuevos desvaríos.
A título personal digo que esta, Luna de Avellaneda, es una película hecha en el estilo de los italianos, muy lejos de los plastificados, muy lejos de querer representar una realidad perfecta, donde todo sucede al vació. En este tipo de películas llega a palparse el filo grotesco de la realidad, la realidad en su faceta más representativa. Cada uno acarrea sus pequeñas miserias y sus pequeñas alegrías y algunos toman para aquí y otros toman para allá pero todos toman para alguna parte..
Por mi parte no tengo deseos de contar la película a nadie, porque es feo que te cuenten el final, únicamente se trata acercar al amable lector tanto así como a la amable lectora una breve recorrida por la trama siendo que tal vez a alguien le interese esta temática específicamente, cuestión que me recuerda que las películas que se mencionaron en esta misma sección tanto por mi vecino grafico como por el de él, en el número anterior, están en esta temática ,el estado de la sociedad , el estado de la conciencia nacional.
Será entonces hasta la próxima si Dios quiere.
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