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el viento

MAHMUD DARWISH - palestina

TENGO LA SABIDURÍA

 

DEL CONDENADO A MUERTE

                

Tengo la sabiduría del condenado a muerte:

 

no tengo cosas que me posean.

 

He escrito mi testamento con mi sangre:

 

“¡Confiad en el agua, moradores de mis canciones!”.

 

He dormido ensangrentado y coronado con mi mañana...

 

He soñado que el corazón de la tierra era mayor que

 

su mapa

 

y más claro que sus espejos y mi cadalso.

 

He creído que una nube blanca me

 

ascendía,

 

como si yo fuera una abubilla con el viento por alas.

 

Y al alba, la llamada del sereno

 

me despierta de mi sueño y de mi lenguaje:

 

vivirás en otro cadáver.

 

Modifica tu último testamento.

 

Se ha retrasado la fecha de la segunda ejecución.

 

¿Hasta cuándo?, pregunto.

 

Esperaré a que mueras más.

 

No tengo cosas que me posean, respondo,

 

he escrito mi testamento con mi sangre:

 

“¡Confiad en el agua,

 

moradores de mis canciones!”

 

Y yo, aunque fuera el último,

 

encontraría las palabras suficientes...

 

Cada poema es un cuadro.

 

Pintaré ahora para las golondrinas

 

el mapa de la primavera,

 

 para los que pasan por la acera, el azufaifo

 

y para las mujeres el lapislázuli...

 

El camino me llevará

 

y yo le llevaré a hombros

 

hasta que las cosas recobren su imagen

 

verdadera,

 

luego oiré lo genuino:

 

cada poema es una madre

 

que busca a su hijo en las nubes,

 

cerca del pozo de agua.

 

“Hijo, te daré el relevo.

 

Estoy encinta”.

 

Cada poema es un sueño.

 

He soñado que soñaba.

 

Me llevará y le llevaré

 

Hasta que escriba la última línea

 

en el mármol de la tumba:

 

“me he dormido para volar”.

 

Y llevaré al Mesías zapatos de invierno

 

para que camine como los demás

 

desde lo alto de la montaña hasta el lago.

  Traducción del árabe: 

María Luisa Prieto.

Tomado de www.poesiaarabe.com

  

 

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