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el viento

acerca del origen arábigo del gaucho

Innumerables páginas se han escrito sobre el gaucho argentino. Muchos son los poetas, escritores, hombres de estado y hasta filósofos que se ocuparon en resaltar su figura y analizar sus orígenes. No pocos de esos vates de la literatura argentina lo han identificado como “ portador de genuina sangre árabe.” No pretendo aquí agregar nada a lo ya escrito. Me limitaré tan solo a transcribir algunas de esas citas para darle el marco adecuado a esta traducción al lenguaje árabe popular.
Dice el recordado escritor argentino-árabe, Ibrahim Hallar, en su libro El Gaucho, su Originalidad Arábiga : “ No perteneció a ninguna raza y fue la amalgama de todas las estirpes; mejor dicho, fue una clase social, con aquellos atributos precedentes afirmando, sin temor a equívocos, su gran originalidad arábiga...”

El escritor F. Sánchez Zinny afirma: “ Ya lo he dicho alguna vez: el auténtico gaucho era, indudablemente, de ascendencia andaluza, vale decir, traía en sus venas sangre árabe.” “Y debe ser así” - asegura Vicente Fidel Lopez - “dado que los principales pobladores hayan salido de los puertos de Andalucía y Galicia” agregando que: “ Si se quisiera ir al análisis químico de nuestra sangre, no pocos globulillos de ella cantarían en árabe.”

Otro escritor argentino-árabe, el recordado Julio Chaij, expresa que muchos poetas, novelistas, filósofos y hombres de estado, han ensayado analogías para identificar al gaucho con prototipos de otros países, no ya entre los pueblos próximos; sino, yendo mas lejos en alas de la imaginación, quisieron hallarla en el BEDUINO, aquel no menos célebre e inquietante personaje de los desiertos arábigos. Y agrega : “ Es indudable que no les faltaron razones para hallar la analogía entre ambos personajes, que presentan muchas y variadas similitudes dentro de sus características personales: su caballo, su agilidad y destreza de centauros, su valor e intrepidez, su serenidad y entereza ante el peligro, ofrecen caracteres de extraña semejanza que la analogía se insinúa con insistencia a la inspiración del poeta y del pensador...”

Domingo Faustino Sarmiento expresa: “ Es el gaucho argentino un árabe que vive come y duerme a caballo. No se preocupa por saber si el caballo que monta es salvaje o domesticado; lo ensilla y lo somete, de grado o por fuerza, a su voluntad. Resiste con el mayor estoicismo toda clase de privaciones y fatigas. Es un bárbaro en sus costumbres, y sin embargo, es inteligente, honrado y susceptible de abrazar con pasión una idea...” Y Daireaux agrega... “ Rehusarle un convite es una ofensa para el gaucho.” Ignora las leyes civiles; nace y muere sin constar en ningún registro... Desdeña al hombre que no sabe montar a caballo... Nadie le inculcó principios religiosos, pero cree en Dios...

Acaso ¿ No halla el lector una semejanza patente en las características de ambos personajes?
Rachid Chehayeb Traductor del Martín Fierro al árabe.

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